Coloca la Pitia el trípode sobre la grieta que femínea y feraz hiende la tierra. La grieta alumbra un lenguaje mineral, balbuceos inconexos para el mundo, signos sujetos al cetro caprichoso del desorden. De la grieta mana también la poesía, la llama que titila en la caverna, en su lecho de roca, silabeando arcanos, dioses inmutables, el sino de los días por llegar, la música del tiempo. Rastrojos, pecios, barro con que la Pitia teje su canción, sus versos venenosos y traidores, la ambición sin tregua de los reyes, la esperanza indesmayable de los míseros. La adivina en su sede pare hexámetros; la grieta vaginal se expande y secreta sus fluidos escandidos. Cruzando el río destruirás un gran imperio, ha dicho. Creso, el tuyo, aún no lo sabes, y cruzarás el río, y al morir apresarás el sentido final de las palabras, conocerás, mientras fenece Lidia entera.
Es hermosa la mentira, es hermoso el poema apolíneo en su misterio. No. No es hermosa la mentira, es hermosa la tiniebla, en realidad, su tachadura. El poema es una mujer que aguarda a oscuras, entre sábanas, bajo un dosel, tras los opacos velos de la lengua. Apartando el velo llegarás a ella, podrás poner tu mano sobre ella, y ella hablará desde la poderosa entraña de la tierra: y al hablar cimbreará la Pitia su serpiente, su pitón entre los labios, la vate te dará su vaticinio, la poeta; te cantará la luz y te abrirá la muerte, te ceñirá su corona de laurel: la gran victoria.
Aquí los temblores de la tierra, el impactante origen del mundo: El Caos, de Jean-Féry Rebel, en versión de Marc Minkowski con Les Musiciens du Louvre.
Es hermosa la mentira, es hermoso el poema apolíneo en su misterio. No. No es hermosa la mentira, es hermosa la tiniebla, en realidad, su tachadura. El poema es una mujer que aguarda a oscuras, entre sábanas, bajo un dosel, tras los opacos velos de la lengua. Apartando el velo llegarás a ella, podrás poner tu mano sobre ella, y ella hablará desde la poderosa entraña de la tierra: y al hablar cimbreará la Pitia su serpiente, su pitón entre los labios, la vate te dará su vaticinio, la poeta; te cantará la luz y te abrirá la muerte, te ceñirá su corona de laurel: la gran victoria.
Aquí los temblores de la tierra, el impactante origen del mundo: El Caos, de Jean-Féry Rebel, en versión de Marc Minkowski con Les Musiciens du Louvre.
Boomp3.com
21 comentarios:
Ana, ¡qué fantástica imagen!, la de la foto y la del texto, sugiere sin revelar, la tiniebla, el misterio, la mujer, la gran partera, aunque esté condenada a hacerlo con dolor.
Cariños
La fotografía me la traje de mi último viaje; es espectacular. Un poema abrupto, gozoso y dolorido en piedra. Contiene justamente cuanto dices, cuanto he intentado traducir con las palabras y la música. Me apetecía compartirlo.
Beso femenino.
Sí, me provocó pintar mi casa con el azul, ya sabiendo lo que en ánimos expresa...Lo que sí es una iluminación, como siempre, fue su visita, estimadísima...Aunque me recuerda a esas princesas que salen de su castillo para visitar las paupérrimas calles...No sé, le agradezco, y apenas tenga tiempo leo lo que escribió, un beso, hasta pronto.
Al parecer te has introducido en un espacio de acceso prohibido, has encontrado un santuario. ¿Otra Victoria o el caos?
Acabo de leer su texto, divino como siempre; también la imagen tiene su sensual encanto, va bien con lo que respecta a la sensualidad femenina que denotan las palabras...Ya voy entendiendo mejor como funciona ese mundo de ruecas y mujeres...¡Gracias!
Querido Luis: Victoria o Caos... No veo bien la diferencia... Sí que es cierto que en las últimas entradas exploro un santuario, no ignorado pero sí lleno de misterios, de recodos; sólo para que luego haya, como esta tarde han hecho, quien me acuse de exceso de vanidad femenina :-)
Un beso.
***
Gracias a ti, querido Zeta, por querer asomarte al vaivén de la rueca. Un beso de princesa.
Por unos días no has desbancado a Robert Graves. Un beso.
La diosa blanca realiza con paciencia inapelable su trabajo :-)
Besos, querido Rubén.
Si me asomo, pero con miedo a terminar sin nariz, no sé, me falta comentar, pero la situación es terriblemente inoportuna, cuando se pueda lo hago, un beso, mi princesa...
Aunque a veces no tengo nada que añadir, me gusta que sepas que te visito. Hoy, con una sonrisa horizontal. Y un beso
Antonio: Sabes que siempre eres más que bienvenido, con cualquiera de tus espléndidas sonrisas. Un beso.
Ana,
hay que ver lo bien que le va el texto a la foto, o quizá sea al revés; quién sabe...
Un beso
arcano XXI !!!
UN POEMITA ESPONTÁ NEO:
entre tus piernas
la razón
no es bienvenida
besos ana!
=)
Ana,
Como dos sensatos ciudadanos que llevan a pasear a sus revoltosas mascotas bajo el sol de un parque, habremos que procurar que su blog -con sus oquedades- y el mío -con sus monolitos- no se nos acerquen demasiado, no haya que lamentar disgustos para los que -al menos yo- no me siento preparado.
[Decía Flaubert aquello de: "Madame Bovary soy yo". ¿Diría usted lo mismo de sus fotografías, querida amiga?]
Preciado Nuncio: Antes fue la imagen, antes fue la tierra... Beso sin tiempo.
***
Mi querido Matlop: Gracias por tu blanco poema a la sinrazón :-) Besos.
***
Vaya usted a saber, mi querido Francisco: acuérdese del parto de los montes.
En cuanto a mis fotografías... no reniego de ellas, pero tampoco hago asertos definitivos: empañan la imaginación.
Besos en el parque.
A mí más bien se me empañan las gafas y confundo los "que" y los "de" cual tartamudo, cuando usted me besa -misteriosa y virtual- en los equívocos parques.
Habría que desconfiar de la perfección, de las superficies pulidas, enteras, perfectas.
Quizá sólo pueda surgir la vida, todo lo nuevo, de las soluciones de continuidad.
Una pasada, Ana. Como acostumbras. Sigo aprendiendo.
La palabra de la Pitia: la música de la sombra. No todo es sugerente en lo oscuro. Para que caiga el último velo tiene que llegar el final de los tiempos. Rilke tenía razón, hay que esperar y saquear toda una vida para saber escribir esas diez últimas líneas, las buenas, aunque me temo que esas líneas no le sirven al poeta como vindicación; también ellas se atesoran en esa tiniebla mineral y femenina.
Beso a oscuras
"El poema es una mujer que aguarda a oscuras, entre sábanas, bajo un dosel, tras los opacos velos de la lengua."
Ana,
me resguardo es está imagen. Me queda la frase para unos cuantos días.
Beso
Bella Leo: "La perfección es espantosa, no puede tener hijos", recuerdo que escribía Sylvia Plath. Siempre hay que desconfiar de lo perfecto, de la bruñida superficie de la victoria sin dolor... Un beso.
***
Mi Elperdedor: La palabra se alimenta siempre de finales. Cuando el lenguaje se decide a aparecer es porque todas las demás salidas se encuentran bloqueadas. La palabra, pues, es afecta al fin de los tiempos, aunque a sus pies se extiende una explanada limpia y pavorosa. Como una hoja en blanco. Más aún: un palimpsesto.
Beso poético.
***
Querido Cristian: Quédate sin prisa en esa oscuridad velada y femenina. Beso.
y si, impresiona..
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