Me comenta un buen amigo que él escucha la música no por aleatoria apetencia sino por compositores sucesivos, siguiendo en el itinerario de esta sucesión un orden alfabético. No había oído nada semejante desde que leyera La Náusea de Sartre, en que el personaje del Autodidacta resolvía sus ansias de lector precisamente desde la A a la Z, con pulcra y rigurosa exactitud kantiana. Tal vez aquello que Wittgenstein decía, justo antes de renegar atizador en mano, de que en los límites de su lenguaje ponía sus límites al mundo, tenga algo que ver con tal procedimiento; al fin y a la postre, los grafemas se encuentran en la aduana misma del lenguaje, y es en las aduanas donde se gestionan los frágiles límites de cualquier territorio imaginable. Por lo demás, cada quien pone orden en sus cosas como quiere y como puede, y una cadena de coherentes eslabones ofrece mayores garantías de cordura que arrojarse sin red al vértigo del caos: tal vez se pierde intensidad pero se duerme siempre en casa sosegada. Lo saben quienes no tienen corazón, ni valentía para afrontar el destrozo que sigue a la caída. Incluso ellos, los descorazonados, los atrincherados, los imperturbables, necesitan sus mentiras piadosas, su orden alfabético, para sobrevivir.
lunes, 28 de septiembre de 2009
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23 comentarios:
Coño, es que yo no habría pasado de Bach...
Cierto. Pero algunos tienen obsesiones que no se detienen ni ante Bach :-)
Como sugiere Magritte según la interpretación de Foucault, entre las palabras y las cosas del mundo media una frágil ilusión. Sin embargo, esta ilusión es la esencia del vértigo que, como tú dices querida Ana, algunos aceptan y otros prefieren, incautamente, la comodidad del orden. Es por esto, que me resulta más atractivo Mersault que Roquentin. Un beso, Ana.
Entre las palabras y las cosas... la arqueología de la escritura: una ilusión frágil, un jardín de senderos bifurcados en que siempre se escoge el camino equivocado. Pero, de equivocarse, mejor con riesgo, ¿no es así? Sí, mejor Mersault que Roquentin, mejor arriesgar que dormir. Beso.
En música creo que el orden alfabético no es orden, es una forma de dar una secuencia a lo aleatorio, porque en realidad vas escuchando compositores de distintas epocas y estilos...
Pero, vaya, hay mentes muy ordenaditas. Por mi parte, creo que es mejor no engañarse, porque luego la vida en general no lleva orden alfabético :-). Prefiero asumir el vértigo.
Cuidado con los ordenaditos, Carlos... Suelen deparar sorpresas inesperadas :-) Un beso, viajero.
Un poco de orden a veces, un poco de vértigo y vorágine otras, según la ocasión, lo que apetezca, lo que venga o lo que se vaya.
Conozco a una persona a la que me encanta desordenarle los cubiertos del cajón, y eso que me considero una persona ordenadita. El orden me da estabilidad y me hace sentir armonía, pero soy incapaz de escuchar música por orden alfabético. ...O quizás no tan ordenadito?
A mí lo que de verdad me inquieta es saber qué hace ese "buen amigo" con su agenda femenina. Por el bien de mi malsana curiosidad, espero que la tenga ordenada por nombres, no por apellidos.
Ya nos contarás, Ana (o, Dios no lo permita, señorita de la Robla).
[También habría que preguntarle al susodicho si toda A es un Aleph; pero eso quedará para otro día.]
U f....uf....uffff
yo empiezo comentando por la "u"...:)).
En qué letra se encontrará en este momento....?
Piensa vivir lo suficiente para llegar a Wagner ? :))
Qué divertido, jeje
Besos,
Rata Paleolítica: Inducir el desorden en el orden ajeno es una aspiración mayúscula, casi como intentar robar el fuego de los dioses. El afectado encontrará razón para tomar venganza. Achtung! Beso.
+++
Fran: Creo que mi amigo se ha dado cuenta de que la A es un Aleph. Por eso huye, inteligente y temeroso, hacia otras letras… Un beso infinito, querido.
+++
Mariluz: Divertido… o penitente, según se mire XD Me alegra re-leerte en esta casa, bella. Besos de bienvenida.
Cómo he disfrutado leyéndote. Cada uno con sus cadaunadas. Lo del orden alfabético me ha dejado muerta en la bañera: no hago más que pensar en qué cosas voy a aplicarlo ;-)
Besosssss
Ay, Leo, cariño, me has hecho soltar una carcajada XD No me cabe duda de que lo aplicarás con eficiencia... Pero cuéntamelo... ¡¡Besos!!
Yo Ana, también soy muy ordenado alfabéticamente y me gusta tenerlo todo de la A a la Z. Pero curiosamente siempre empiezo por la última letra. Por el último CD y los voy apilando sin perder el orden, pero siempre al revés. Y el periódico como ya habrás adivinado también por la última página.
Y lo peor los libros. Siempre pero siempre siempre, la última pág. es la primera que leo.
Sí, ya sé, dicen que los que empezamos a leer por la última pág. estamos mal de la cabeza y tal y tal.
Pues eso, muy mal.
Sí.
Besos
A John Muir su papá le hizo memorizar la Biblia de la A a la Z o de pe a pa como diríamos nosotros. El pobre terminó hecho polvo con aquél orden "arqueológico de la escritura" que podía recitar a grandes trozos desde los once años.
Pero eso le hizo huir hacia Yosemite donde encontró lo aleatorio en grandes dosis viendo sin embargo que aquello se hermanaba también con el orden.
Así, estableció un equilibrio de belleza y preservación dentro del caos que aparenta ser la naturaleza.
Si puedo escoger, prefiero la anarquía y el caos, el azar de lo imprevisible porque siempre habrá un amanuense que pacientemente ponga orden en las cosas.
Saludos desde la niebla de San Francisco.
Tantas veces los que están mal de la cabeza, y tal y tal, son los mejores, Fan. Un beso loco.
+++
La pauta natural es un número intuido, como un pi infinito y temible. En ese orden inasible, tal vez, se encuentre el sentido poético del caos. Abrazo que rasgue la niebla, José Luis. Y bienvenido.
Muy interesante tu post.
Saludos.
Gracias, Leo. Estás en tu casa.
Hola Ana: en otras cosas puedo concebir el orden alfabético, y no me refiero solo a temas de trabajo, pero en la música...!!! Si es que hay días que el cuerpo te pide algo alegre, otros días necesitamos escuchar una suave pieza melancólica, etc. Inconcebible.
Besos en desorden
Estos descorazonados... es lo que tienen :-) Beso, Elvira.
Para esto del orden alfabético soy un desastre, siempre empiezo por donde más me apetece.
Ana, he estado ausente unos meses pero estoy enterado de todo, felicidades
Doctor: felicidad es tenerte de nuevo por aquí. Un beso.
Mi admirada Ana:
Aplicar un sistema a otro elemento ajeno a ese sistema no me parece que sea un orden adecuado.
Es de parecer que cada cosa tiene su armonía que , a su vez, hay que aplicarla al conjunto de todas ellas para que se de un todo equilibrado.
Es difícil no pisar algún extremo y quedarse en ese terreno, a veces, inalcanzable, de lo hermosamente armónico.
La armonía también entona su seductora melodía que, no obstante, puede conducir al Callejón del Gato.
Beso desde el espejo, bella Morgenrot.
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