martes, 12 de febrero de 2008

FIEBRE

Territorio cálido de soledad. Tras la tempestad viene la calma, o algo que se le parece. Es el calor prestado de la música, de las palabras, cuando son algo más de lo que son divisados desde el lecho, desde el ojo de buey del oscilante camarote. La fiebre es dócil, complaciente; es una dama cortés que sirve té y naranjas al invitado solitario, le da conversación, le lleva al cine, le agasaja con su danza carmesí, su zarabanda cortés pero inflexible que no admite la postergación ni el rechazo.
La fiebre saca a su amante de la historia, del tiempo de los hombres. En el éxtasis suceden balnearios de montaña, artificiales paraísos, novelas inacabadas, cuentos crueles. El retorno de ese viaje deja un cerco, un grito blanco, como la ausencia de una alianza abnegada entre los dedos.

17 comentarios:

rubén dijo...

Cuídate.
Un beso

Idea dijo...

Ana, gracias por ese cálido delirio solitario.
Cariños

zeta dijo...

La última vez que tuve fiebre rehusé,como de costumbre,a todo medicamento inútil,lo que me permitió tener extrañas alucinaciones que animaron los siguientes días;usted describe a la fiebre como un día de sueño,y no sé,simplemente me ha provocado enfermarme...Un beso,mucha suerte...Y manténgase sana...Qué nada afecte esa mente suya...

leo dijo...

"Territorio cálido de la soledad..." Y tanto, Ana, poruqe por mucho que haya alguien pendiente de uno, cuando sube la fiebre la soledad es absoluta; es un sentimiento de aislamiento muy curioso el que se tiene.
¿Estás malita? Si es así, te mando un tazón de sopa calentita y un beso antipirético.

Anónimo dijo...

Gracias por vuestra dulce compañía. Este territorio se hace más cálido y menos solitario.
Besos.

NUNCIO TAMALLANGOS dijo...

Anísima,

Ni la fiebre puede impedir que tus palabras sean lúcidas y bellas. Cuídate mucho, chiquilla.

Un beso.

JML dijo...

Fiebre, novia amarga, dama blanca… no se arrepiente de nosotros hasta que la convertimos en viuda alegre. Dices bien: nos saca primero de la historia, luego de sí misma, y finalmente nos devuelve a la enfermedad de la vida con nostalgia de su calor…

Cuídate. Un mimo para mi poeta favorita

Anónimo dijo...

La fiebre empieza a asustarse de vuestras hermosas palabras. Ve que su batalla está perdida y cede ya terreno. La viuda alegre busca otra pareja para su carné de baile :-)
Beso agradecido

Francisco Sianes dijo...

Perdón por la vulgaridad en medio de este espacio lírico; pero a mí la fiebre es esa excusa perfecta para faltar al trabajo. Han querido los dioses que posea una salud de hierro, sin embargo.

Yo estoy dispuesto a sentarme al pie de su cama y a no tenerle en cuenta los delirios a los que la conduzca la fiebre. Le ofrecería caballerosamente la mano y hasta le leería textos míos para que pudiera conciliar el sueño. Bien está.

Pero reconózcamelo: mire que le gustan los mimos, Ana...

Anónimo dijo...

Hasta el hierro más duro se doblega, querido mío. Nunca falta una buena forja: golpe a golpe, texto a texto...:-)
Y en lo de los mimos... pues es verdad, va a tener usted razón. Pero los agradezco mucho. Beso.

Juan Manuel Macías dijo...

Vaya! Y con el buen tiempo que hace! Mis remedios caseros suelen llevar una gran cantidad de alcohol, así que, por esta vez, nada mejor contra las miasmas febriles que esta bonita tonadilla de la gran Melina Kaná ...

No diré que el vídeo no tiene su punto de hortera, pero eso es Grecia y es lo que hay.

Beso analgésico y antipirético. Y cuidado con las corrientes.

Anónimo dijo...

Ay, la amiga Melina es tan buena y tan kitsch...
Me cuidaré en especial de "los" corrientes :-)
Y ya me contarás lo de esos remedios caseros...
Un beso sin alcohol.

Luis López dijo...

Espléndido y febril Rothko. En este momento tengo 39 grados por eso comprendo a la perfección lo que supone el calor prestado. Cuídate.

uminuscula dijo...

Un abrazo, Ana.

Anónimo dijo...

Luis y u: Besos para los dos.

matlop dijo...

receta matlopiana:

para la fiebre
un beso en cada muñeca
de tus brazos


=)

Anónimo dijo...

Funciona!!
Besito para ti.