jueves, 6 de marzo de 2008

PALLIDA VICTRIX

En el lecho revuelto se cobija el orden. El orden de la vida que no extravía su curso, el orden de la noche en la luna fatal del tocador, el orden de las manos posadas en los frascos, posadas en el libro, en el interruptor que frágil rompe el hilo que une la luz y la tiniebla. La perfección de una cama intacta en plena madrugada canta una taimada letanía del desastre o de la ausencia, la serenata de un tiempo que es ajeno y, a veces, distante. La colcha impoluta, la almohada sin huellas, balancean su clepsidra con sarcasmo, como la Pitia destila el veneno de su verso augur entre los labios. Esa elocuencia luminosa, amenazante, del vacío, de lo oscuro. El vaticinio del lecho solitario, de la adivina insolente y enigmática, son un acto preterido y consumado que mira hacia el presente del futuro, un duelo de espejos enfrentados en que el reflejo de uno es la muerte y resurrección del otro, su multiplicación sin fin. El pasado nunca nos lega la ausencia de lo que fue, sino el peso de lo que hoy no es ni será nunca, esa línea horizontal perfecta, fractal, insoportable. En esa línea, en ese lecho blanco, se rompe el mundo, su cubierta serena y apacible, su locura.
La cama inmaculada es una llave cuya cerradura se ha perdido; su puerta evanescente. Del otro lado está la casa, oculta y verdadera, decía Borges. Sólo hay que penetrar esa morada nueva, con esa llave cuya lengua es de signos que se trazan en la arena.

23 comentarios:

Idea dijo...

Ana, una delicia de palabras y presencias que muestran lo que ocultan.
Gracias I

Anónimo dijo...

Si ya lo anuncia el refrán: "A lecho revuelto ganancia de corazones". ;)

Dentro de una mesura, claro, que un desbaratado tálamo, copioso de cerraduras, puede indicar locura.

Un abrazo.

(No sabe con que agrado paladeo su prosa, Ana).

Anónimo dijo...

Cuadros que encierran cerraduras, que necesitarán llaves para abrir puertas, fronteras binarias que no encierran nada, como en el teatro, salvo la vista del que se queda fijo mirando.
La memoria quizás, esa loca de la azotea.

uminuscula dijo...

con esa llave cuya lengua es de signos que se trazan en la arena.




me re gusta, Ana

Anónimo dijo...

Idea: Estamos hechos de desvanes, del revés de los azogues, de la penumbra que apenas insinúa nuestra forma. Un beso agradecido.

***
Sibila: Excelente refrán :-) No es de extrañar, dado su nombre. La imagino dando vida y muerte con su verbo… Respecto al resto, ya sabe el dicho clásico: Nada en exceso :-) Un gran abrazo, y bienvenida.

***
Mar: La memoria, sí. La loca en la azotea y el verdugo en el desván. La memoria y su llave y su, aunque pálida, victoria. Un abrazo.

***
u: Me re-gusta reencontrarte por aquí. Beso.

rubén dijo...

Hermosas palabras, como siempre.

Antonio Torralba dijo...

Del lado en que viven los grabadores,
blancas las noches, negras las lunas;
camellos de plata, oscuras dunas…
el raro revés de los bastidores.

Anónimo dijo...

Rubén: Sólo me faltan tus fotografías... Un beso.

***
Antonio: Siempre el revés de los bastidores. Beso.

leo dijo...

El desorden de sábanas es una de las imágenes más felices, más ordenadas dentro del caos, que existen.
Qué bella (y un pelín triste, se me antoja) entrada.
Un beso.

Luis López dijo...

Me recuerda los cuentos de Poe. Pálida (pero) victoriosa, cuento cruel, llave de la tumba.
Besito con lágrima de cristal.

Anónimo dijo...

Leo: Sí, emanan el calor de la vida, el rastro del sueño y sus paisajes. Un beso.

***
Luis: En efecto, el lema del Conde de Arthol, la truculenta historia cruel de Villiers de L'Isle-Adams... La llave del tiempo. Besos.

Morgenrot dijo...

Ana; tienes la capacidad de dejarme "atontada" cada vez que leo , y "me entrego" a lo que escribes. Parece que lo estoy viviendo.

Ya lo decía Jorge Manrique, que tiempos pasados siempre parecen mejores.

Ahora, hoy, mi lecho está colmado, pero ¿ y mañana ? ¿tendré la desazón del vacío que describes con ese sentimiento tan real ?.

El ser humano es vulnerable. Mucho. Y no queremos pensar en éllo hasta que la fatalidad hace su entrada en nuestras vidas.

Un lecho vacío puede tener distintos significados; el que a mí me llega es trágico.

Enhorabuena por tan perfecta entrada.
Mis más cordiales saludos,

Anónimo dijo...

Morgenrot: Sí, un lecho, colmado o vacío, tiene su semántica y su peculiar caligrafía, siempre distinta en cada cuerpo, en cada casa. Me emociona haberte transmitido ese vacío y su compleja elocuencia: era lo que pretendía.
Un beso.

JML dijo...

Mi querida Ana:

El desordenado orden del lecho es promiscuidad de fiebres, sueños y caricias, residuos de reposos, amores y enfermedades. La pulcritud, como bien dices, acaba con la memoria y su augurio: muerte y resurrección del cuerpo en su horizontal anhelante.

Beso sin pulcritud

Cristian M. Piazza dijo...

Tus palabras son la llave y la puerta: nunca tan juntas e indivisibles.

Hay que saber sentarse al lado del vacio...

Beso

C.C.Buxter dijo...

"El pasado nunca nos lega la ausencia de lo que fue, sino el peso de lo que hoy no es ni será nunca, esa línea horizontal perfecta, fractal, insoportable."

¿Cómo escribir un comentario que no desmerezca? Baste mi saludo.

Anónimo dijo...

Elperdedor: Muerte y resurrección de un cuerpo durmiente, anclado en su perpetua horizontalidad. Sólo el beso de una palabra es capaz de quebrar ese estado, esa línea perfecta y temible del lecho impoluto...

***
Cristian: La llave y la puerta. Terrible moneda. Uno piensa que sea cual sea la faz que presente siempre perderá la apuesta...

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C.C.Buxter: Gracias por tu visita y tus palabras. Un fuerte abrazo.

zeta dijo...

Siempre he tenido un conflicto con las llaves, no las entiendo, claro que entiendo su función, pero no puedo darles uso, en mi mano son todas inútiles,por eso siempre molesto al tocar la puerta...Muy lindas palabras, cuidese.

Anónimo dijo...

Zeta: Curiosa incompatibilidad... En todo caso, es interesante, porque siempre le dará la ocasión de hacer notar su entrada :-)
Besos.

zeta dijo...

Ja,ja,ja,ja;sí, aunque a veces con regaños o insultos o reproches, a veces cae en desventaja no poder entrar a hurtadillas, si así fuese, me ahorraría interrogatorios severos...Ojalá mi casa tenga cerrojos que funcionen las huellas o el aliento, no sé, alguna invención inspirada en un libro.Nos leemos,adiós.

Anónimo dijo...

Interrogatorios... A saber por qué :-D
Abrazos.

zeta dijo...

A veces la curiosidad del ser humano hacia lo demás cae en ofensivos insultos...Normalmente es así con los interrogatorios, tan desesperados se encuentran los otros de saber de una vida que buscan y buscan obtener información de ella, así sea a la fuerza...

Sebastián dijo...

Despertar de dimensiones desconocidas en nuestra alma, sensaciones de vientos alentando nuestro alinto.