sábado, 5 de junio de 2010

TIEMPO DE CEREZAS

Tiempo de cerezas. Tiempo frágil en que la primavera deja paso al verano, en que se modifican los tiempos de la luz, en que los libros mudan el papel. Tiempo de frutos fugaces y de páginas eternas.
Muerdes su carne y en la boca resuena la pulpa carmesí del mundo.

38 comentarios:

Elvira dijo...

¡Precioso, poeta! Gracias por este regalo.

Besos

Anónimo dijo...

Beso, bella Elvira. Ahora es tu turno: alguna de tus hermosas fotografías puede recoger ese tiempo leve y añorado.

doctorvitamorte dijo...

Cierto, tiempo fugaz.
Pero qué mejor que perderse en la pulpa carmesí y en la mudanza de las hojas de papel.

Anónimo dijo...

Tantas veces en la fugacidad esta la dicha... Beso, doctor.

Sir John More dijo...

Por aquí hay que morder las cerezas para comprender el reinado cegador del sol, para entender el estival lenguaje del tirano. A la sombre, cierras los ojos, paladeas su dulce corazón, y comprendes que la vida, además de fugaz, es absolutamente otra cosa. Fugazmente suyo...

Anónimo dijo...

Morder, siempre morder. En ese acto está la rabia de la vida, la sabiduría del que a tientas busca y en la oscuridad encuentra.
Beso a la sombra, mi querido Sir.

Antonio Tello dijo...

Qué sensación la del estallido de la vida en la boca, como un big bang de tiempo y carne. Y, como complemento, la imagen, para decirnos también que aún en la fugacidad del pálpito también está la sombra. Muy bello, querida Ana.

Anónimo dijo...

Antonio querido, siempre tus palabras son un lujo de minuciosa obsevación. Es verdad que la fugacidad dichosa de las cosas no es ajena a su reflejo, que es su sombra. Lo bello y lo triste, lo hermoso y lo terrible, el deseo y el miedo, nos regalan sus monedas frágiles, y con ellas sufragamos nuestros días... Un beso sutil pero sin sombras.

Paulus dijo...

Hola preciosa. Te contaré un secreto: Heterosexualideces al margen, si las cerezas tienen la forma, el tamaño, el color y el aroma apotropaicos (al menos en parte) de las picotas del Jerte que me han regalado hoy, hasta el más macho juguetea con un rato con la puntita de la lengua antes de morderlas y hacerlas estallar llenándote de rubor la boca -no sin cierto "quedirán" pecador y culpable, he de confesarlo- y arrancar con gozo caníbal la carne del hueso, que luego se escupe casi con desprecio de "¿ya está?", sintiéndose uno poco menos que Mae West, ya se sea el más macho de los machos o la hembra más hembra que puebla la tierra.

Beso fuerte, abrazo largo y reverencia.

(Sigo vivo y he vuelto a España, pero me vuelve a picar el culo y los bancos me acosan... a ver lo que tardo en picar espuelas de nuevo... Basia multa.)

Anónimo dijo...

Hola, desaparecido... Sé que andas por aquí; estuve, como sabrás, leyendo largo rato tus últimas y agitadas andanzas... ;)
Ls bancos... no corren buenos tiempos para darles esquinazo. Creo que no admiten pagos en cerezas. Aunque quién sabe, tal vez serías capaz de convencerles XD
Aprovecha este tiempo d'amour y de picotas, quam minimum credula postero. Todo es breve, todo es fugaz, todo es pasado.
Me alegró leerte de nuevo. Un beso con as en la manga, por si te hace falta...

leo dijo...

¿Qué tendrán las cerezas? No sé si hay algún otro fruto más sensual. Ni más hermoso.
Maravilloso el texto, la foto, y el fruto.
Besos.

Paulus dijo...

A ver cómo se sale de esta, Anita... Habrá que verlo... y lo contaré.

(Leo, prueba a morder un tomate o a acariciar una berenjena... ¡brbrbrbrbrb!)

Anónimo dijo...

Probablemente porque son efímeras, hermosa Leo. Siempre nos enamora lo que no perdura.
Un beso rojo. Gracias por venirte hasta mi casa.

***

Paulus: Ayyyy, cómo eres...

El Musicópata dijo...

Sencillamente delicioso…

Beso!

Anónimo dijo...

Beso de cereza...

Emetorr1714 dijo...

En la infancia, en la adolescencia, en la juventud, en la madurez y en la vejez, siempre está presente la cereza, quizá por su color de iniciaciones amorosas o pseudoamorosas, a pesar de que cuando la comemos, volvemos a ser niños, o lo quisiéramos ser, y es cierto que al morderla, hay buenos chispazos emotivos dentro nuestro, que nos revuelve súbitamente en la niñez, y nos la comemos con un digno punto de melancolía.
Por lo que nos hallamos frente un fruto excepcional, fresco, bueno y seductor también, que hace que resuenen una cantidad de acordes dentro de nuestro mecanismo sensual, dándonos una imagen, a ratos entrañable, de la vida como es.
Para mi mi es una fruta con un encanto extraordinario, y predestinada a triunfar.

Y no podría terminar el comentario, sin añadir que he llorado con Stéphane, en la escena de Le boucher, en que se come once cerezas.

Un beso Ana, con las cerezas en las orejas, como cuando éramos niños, o no.

Anónimo dijo...

Qué buena tu venida, Fan...
Sí, tiempo de cerezas, tiempo de niñez, de recuerdos, de calor en Castilla, de amapolas deshaciéndose en las manos. La cereza es un grano en el reloj de la memoria...
Un beso, queridísimo.

leo dijo...

Con permiso de Ana: Paulus, han acudido a mi mente un montón de hortalizas que no mencionaré porque es lunes.
Los tomates..., no sé, los asocio al gazpacho.
Seguiré probando.
;-))
Buena semana.

Anónimo dijo...

Leo, cariño, los tomates también pueden servir para lanzar tomatazos :)) bien por ti... Beso con frutas.

Paulus dijo...

Leo, Anita y demás...

No me refiero a lo evidente ni a ninguna grosería derivada de evidentes analogías morfológicas, sino al puro estímulo perceptivo de su aroma, textura, color, sabor y sonido.

Morder un tomate fresco, jugoso y bien rojo es de tal sensualidad que el día que me atreva a reescribir los evangelios -sólo que a mí no me creerá nadie-, los frutos del arbol de la ciencia no serán manzanas, sino tomates... Y dios enseñaría a Adán y Eva las mil formas bisiestas de prepararlos... Y la senda tortuosa y difícil, en lugar de entre el Bien y el Mal, discurriría entre el aceite y el vinagre... Y el diablo ofrecería ketchup y tentaría con razones como "práctico", "rápido", "tiempo para ti", "sin espinas", "precocinado" y canalladas por el estilo.

Porque no hay piel más suave y perfecta que la de una berenjena -cuidado con las hojas, que son puras lenguas de gato- ni aroma más rojo que el de un pimiento maduro, ni sonido más húmedo que el crujir de una lechuga de las largas, de esas que chorrean, o el de un tallo de apio al quebrarse en la boca, ni sabor más delicado y efímero que el de una flor de calabaza... ni mejor tiempo que el necesario para disfrutar de todo eso.

Del resto ni me preocupo. Cualquiera sabe fijarse en lo evidente... Incluso en lunes.

(Si le tiras tomates a alguien, rómpeles la piel con la uña primero, que no veas lo que duelen si no...)

Anónimo dijo...

¿Por qué lo sabes, Paulus? ¿Te han tirado con alguno alguna vez? ;)
Ay, se me olvidaba que eres un enamorado de la gastronomía... XD
Besos.

Paulus dijo...

Sí, por eso lo digo... Rómpeles la piel primero, que si no, al segundo tomatazo abjuras del nunquam deterrebor... ;o))

Besazo

Anónimo dijo...

Lo tendré en cuenta; siempre procuro atender las indicaciones de los expertos... ;)
Basia.

Morgenrot dijo...

Permanente cambio...


Besos de próximo verano

Anónimo dijo...

El cambio es permanente en su fragilidad, hermosa.
Beso.

Luis López dijo...

Precioso texto. Besos colorados.

Anónimo dijo...

Gracias, mi querido Luis. Besos de verano en ciernes.

Anónimo dijo...

Precioso poema. Sí, necesitas una fotografía de Elvira, las cerezas están en racimo, generalmente de dos en dos, para doder adecuarlas de pendientes, perfecta la observación la de Fandestéphane.

El poema y algún comentario invitan a comer cerezas "y no fresas" como en la película (Nueve semanas y media)¿O nó.....?

Luisa dijo...

Todo buen gastrónomo debe saber que el sabor, el aroma, la textura y el sonido al morder la carne de un tomate maduro, depende de la temporada y su procedencia.
Es cuestión de gustos y variedades. personalmente yo le añadiría sal pimienta y un poquito de aceite virgen de oliva, y nunca vinagre.
¡Riquísimas las picotas del Jerte, y mucho más si te las regalan.
Sensuales también son las fresas.
Mª Luisa.

Anónimo dijo...

Vaya expertos en cerezas, tomates y dresas me han salido por aquí ;)) Bievenidos.

Fer dijo...

Habrás descubierto que la fruta es otra faceta tuya, ;).

Hermoso escrito, corto, enfocado, y culce.

Saludos, besos, ¡y un mordisco a esa cereza!

Estuve en Santander, hará unos pocos días, y ví una ciudad rica: en la mar, en el color, en el ruido apagado de Santander, en tod.

Sigo enamorado de ella.

Anónimo dijo...

Es verdad que esta ciudad puede adquirir cromatismos fascinantes, pero sólo cuando ella quiere... Es una dama caprichosa, un tanto anacrónica y no siempre bien dispuesta. Pero siempre es bella en el viaje de paso.
Cómo puede ser que estuvieras aquí y no avisaras? Ayyyyy...
Beso encerezado, mi querido Fer.

Elvira dijo...

Estos días estoy comiendo unas cerezas impresionantes, dicen que las lluvias les fueron estupendo y esta temporada están reventonas.

El año que viene tengo que encontrar un árbol lleno de cerezas y fotografiarlo. Si lo encuentro, te dedicaré las fotos, prometido.

Besos

Anónimo dijo...

Dicha morder una cereza fresca y carnosa... Sí que están deliciosas este año. Quedo a la espera de esa foto, querida, no me olvido. Beso con pulpa.

adela dijo...

Siempre nos regalas con bonitas palabras, es un placer leer tu blog.
Cereza, par mi la fruta más rica, pero también la más efímera en su temporada.Es verdad que están buenísimas!!

Anónimo dijo...

Gracias por venirte por aquí, Adelaida ;)
Las cerezas, sí, qué ricas y sugerentes, como todo lo efímero...
Beso.

Anónimo dijo...

Gazpacho de Cerezas:
-500g. de cerezas
-2g. de tomillo limón
-50g. de confitura de limóm
-0´5g. de agar-agar.
-100 g. de tomates de pera.(dulces)
-medio diente de ajo.
(Todo a batir en la Thermomix)
Servir muy frío, adornar con una cereza encima de la copa.

Anónimo dijo...

Delicioso ;)