domingo, 24 de enero de 2010

CENTRO DE LA TIERRA

Para el amigo que viajó al corazón mismo de la Tierra

Bajo un sol de esparto se ovilla el silencio.
Entre mis labios se deshila
la perfección rasgada del encaje
de la blusa de arena de los días.
He asistido a los trinos de la luz,
a la sombra de las simas. He visto
todo cuanto un hombre debe ver:
mi miserable arcilla,
y su origen,
que fue el miedo.
Los huesos de los primeros hombres
comparten con los de hoy el terror en su adn.
No hay otra herencia más allá del terror y los deseos.
Todo es leve aquí, todo es leve pero grave.
Los pasos no resuenan cuando la tierra tiembla,
cuando gime con la suave carnosidad de una cereza.
Cereza sangre lengua roja lava.
Cereza rosetón de fuego orfebre:
un ojo insomne en el rostro de la sumergida catedral.
No es nadie Claude en este páramo donde un reloj es una línea que no acaba.
Lo pienso ante el fulgor del polvo y su liturgia,
lo pienso como quien palpa un rosario para acallar la sed, el desconcierto,
los mensajes de la cal, sus caballos perfilados por la mano de albayalde:
la perfidia de ese dios que no existe pero escribe
impasible palabras de desdén hacia su pueblo.

16 comentarios:

Fer dijo...

Preciosa dedicatoria.

Envidiable, envidiable.

Un saludo, señora.

José Luis dijo...

"No hay otra herencia más allá del terror y los deseos". Esta frase me ha impresionado. Es la constante desde que el hombre se agazapaba en el fondo de la cueva ¡Y tan actual! Hoy que la moral y la ética "clásica" ya no nos sostiene o ha perdido su sentido sobre todo en Europa, que tampoco sabe muy bien las razones, deja a la luz más que nunca nuestra herencia: olvido del amor-deseo por sólo el deseo. Olvido del coraje para vencer el terror. Quedando sólo en terror.¿Estaré siendo demasiado negativo? Un abrazo. José Luis

Anónimo dijo...

Querido Fer: "Envidiable" (borgiano término) es explorar ese centro que arde... Ver el origen eclosionar en el presente. Un beso hasta tu sur.

***

José Luis: En el centro del laberinto del terror se encuentra, precisamente, el deseo... Dónde el hilo para salir sin daño... Un beso, querido.

Paulus dijo...

Reconozco que acostumbrado a tu prosa, me custa leerte en verso sin intentar descifrar claves y buscar el correlato. Releeré más tarde, cuando vuelva, a ver si puedo concentrarme.

(Como he sido niño bueno, me han conectado a internet, pero a cambio me toca ir al gimnasio siete horas y pico por semana... mecachis)

Un abrazo boreal, dotora
Paulus.

Antonio Tello dijo...

¡Cuánta memoria la de los ojos que han visto! ¡Cuánta soledad al final del camino! ¡Cuánta densidad la de este poema!
Un beso querida Ana.

Anónimo dijo...

Paulus: ¿Ejercicio a cambio de Internet? Extraño pago en especie... No estoy segura de que gimnasio y poesía se lleven bien ;)
Beso hacia el norte desde el volcán.

***

Antonio: Ya lo escribí una vez:

Sólo bajo el cénit/
estás solo; tu sombra/
en tus antípodas.

Beso de sola memoria.

Paulus dijo...

[Mi devochka dice que se me "está fundiendo la tableta de chocolate" y que con internet en casa sólo me voy a apoltronar, así que ocho horas semanales a entrenar, ha dicho la muy bruja y como me salte una sola clase, me corta el cable... y yo que me quejo de mi mujer... ]

Artes marciales y poesía se llevan estupendamente, querida, siempre que asocies ambas a la percepción y escribas con el hígado y no como mi última decepción, -ya te pasaré la url si quieres, para que veas lo que dice de mi...-, que escribe con el diccionario y evidentemente ni se cree una palabra ni aplica luego un cuneum de lo que escribe...

Voy a releerte ahora, a ver si con el dolor de espalda le pillo el tranquillo... Un fuerte abrazo. Cuídate.

Anónimo dijo...

Ufff, una mujer chiquitina... ¿Posible mayor dictadura? ;)
Pasa, pásame la url esa...
Cuidadín con el lomo, dearest. Un beso enorme.

leo dijo...

Maravillosa, Ana.
Compartimos el terror, sí. Y la grandeza.
Un beso.

Anónimo dijo...

La grandeza es la puerta trasera del miedo, bella... Beso temerario.

jcabezonalonso dijo...

Es muy agradable leerte.
"la perfidia de ese dios que no existe pero escribe
impasible palabras de desdén hacia su pueblo".

Escéptico

Anónimo dijo...

Bienvenido seas con tu nombre, querido. Un beso agradecido.

Juan Manuel Macías dijo...

Es un poema magnifico.
Un beso.

Anónimo dijo...

Me gusta saberte por aquí. Beso agradecido por tu comentario generoso, Juan Manuel.

Morgenrot dijo...

"Entre mis labios se deshila
la perfección rasgada del encaje
de la blusa de arena de los días".
Llevo varios días con el poema en mente.

Bellísimo.

Un abrazo, querida Ana.

Anónimo dijo...

Querida amiga: Siempre, aun en la levedad de la arena, queda un rastro de nosotros. Me alegra que el mío tenga forma de poema. Beso grande, bella.